Marco práctico para la planeación de clases para niños en educación inicial
- Taina Mikkola
- Sep 15
- 4 min read
Updated: Sep 16

Si eres docente y te preguntas cómo hacer que la planeación de clases sea más significativa, no estás solo(a). Crear una experiencia de aprendizaje que sea atractiva y con propósito puede resultar abrumador, sobre todo cuando hay que equilibrar las necesidades de aprendizaje con los objetivos del currículo.
La buena noticia es que no tienes que elegir entre estructura y espontaneidad. En educación inicial, la planeación más efectiva suele empezar por aquello que despierta la curiosidad de los niños y las niñas, y se construye a partir de ahí.
Como educadores, buscamos crear espacios seguros e inspiradores donde la infancia se entusiasme por aprender. Al mismo tiempo, somos responsables de que esas experiencias conduzcan a un aprendizaje real y estén alineadas con el currículo.
Este artículo te guía por una forma práctica y flexible de planear clases que parten de las ideas de los niños y, aun así, cumplen con las metas que buscas. Ya sea que planees para preescolar, transición/kínder o maternal, estos pasos pueden ayudarte a sumar alegría e intención a tu semana.
¿Qué es la planeación de clases iniciada por los niños?
En el enfoque iniciado por los niños, ellos tienen un papel activo en dar forma a su aprendizaje. Se les reconoce como participantes capaces, no como receptores pasivos. Pero esto no significa que el aprendizaje sea aleatorio o sin estructura. El adulto sigue definiendo metas, creando el ambiente y guiando el proceso. En educación inicial, la planeación debe ser siempre reflexiva, intencionada y conectada con el panorama general.
Este enfoque implica que la planeación comienza con lo que naturalmente atrae a los niños: aquello que juegan, comentan y se preguntan. Desde ahí, conectas sus ideas con objetivos de aprendizaje y construyes experiencias significativas. La planeación no es “llenar el tiempo”; es diseñar experiencias pertinentes al desarrollo que ayuden a cada niño a crecer.
Así que, aunque la niñez marca el rumbo, tú conduces el viaje con propósito.
Cómo empezar a planear a partir de los intereses de los niños
A continuación, un formato sencillo que puedes usar y adaptar a cualquier grupo de edad. Funciona tanto para preescolar o transición/kínder como para maternal o grupos combinados.
1) Observa, escucha y registra
Sintoniza con lo que ya ocurre en tu grupo:
¿A qué juegan?
¿De qué hablan?
¿Qué les entusiasma o frustra?
¿A qué regresan una y otra vez?
Puedes reunir esta información mediante observación, notas rápidas, fotos o breves conversaciones con las familias. Estas evidencias te dan una mirada real a lo que importa ahora a los niños y las niñas.
2) Reflexiona y elige un foco
Revisa lo observado y busca intereses recurrentes. ¿Muchos disfrutan el juego con agua? ¿Dinosaurios? ¿Construir torres altas?
Elige una idea que realmente los encienda; ese será tu punto de partida. Aquí la planeación pasa de ser reactiva a intencional. No solo sigues al niño: lo conduces hacia un aprendizaje más profundo.
3) Vincula con objetivos de aprendizaje
Ahora ponte las gafas profesionales. ¿Qué habilidades u objetivos puede apoyar este tema?
Relatos o diálogo → desarrollo del lenguaje
Clasificación y conteo → iniciación matemática
Juego en grupo → habilidades socioemocionales
Los niños pequeños aprenden mejor a través del juego, el movimiento y la exploración, no con rutinas rígidas o solo fichas de trabajo. Diseña tus experiencias con eso en mente.
4) Desafía y apoya
La planeación efectiva equilibra alegría y reto. Elige actividades que los lleven un poquito más allá de su zona de confort: ahí es donde ocurre el aprendizaje.
Esto implica adaptar para diferentes niveles dentro del grupo. Algunos necesitarán más apoyo; otros, mayor profundidad. Un buen plan incluye variedad dentro del mismo tema para responder a distintas necesidades.
Planea con progresión. Anda “andamiando” los aprendizajes para que cada niño avance en su zona de desarrollo próximo (ZDP).
5) Revisa y ajusta
La planeación nunca es estática. Prepárate para ajustar según la respuesta de los niños. Algunas propuestas abrirán nuevas rutas; otras quizá no funcionen como esperabas. Reflexiona con frecuencia:
¿Qué resultó bien?
¿Qué me sorprendió?
¿Qué haré diferente la próxima vez?
Involucra también a los niños en la reflexión. Escuchar qué les gustó y qué aprendieron te dará pistas para los siguientes proyectos.
Conclusión
La planeación intencional en educación inicial nace de la curiosidad y culmina en un crecimiento significativo. Cuando tomamos en serio los intereses de la infancia y los combinamos con nuestra mirada profesional, creamos aprendizajes profundos, alegres y duraderos.
Tanto si estás iniciando en la docencia como si estás afinando tu práctica, el enfoque iniciado por los niños te invita a ser escucha y guía a la vez. No necesitas empezar de cero ni reinventar la rueda cada vez. Comienza por lo que les importa, lo que enciende su imaginación, y usa eso como base para clases con propósito y metas claras.
La planeación no tiene que ser estresante. Puede ser la parte inspiradora de tu semana. Con observación atenta y una dirección clara, puedes crear experiencias que de verdad importen para cada niño, cada día.
Cómo puede ayudarte Elina en la planeación
En lugar de empezar desde cero cada vez, Elina te ayuda a:
Capturar y organizar observaciones de tu grupo
Convertir intereses de los niños en actividades estructuradas
Alinear cada plan con objetivos de aprendizaje y metas curriculares
Personalizar planes con facilidad
Ya sea que planees para preescolar, maternal o grupos combinados, Elina mantiene todo en un solo lugar para que estés presente con tus niños y niñas, y no atrapado(a) en la libreta.
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